R: La memoria inmune al SARS-CoV-2 parece durar *al menos* 8 meses.
RESUMEN: Si bien los niveles de inmunidad individual variaron, hasta ahora se han detectado anticuerpos y células inmunitarias específicas para SARS-CoV-2 hasta al menos 8 meses después en el 95% de los pacientes que se han recuperado de COVID19.
Inmunidad a la infección:
El sistema inmunológico retiene la memoria de un virus después de recuperarse de una infección con ese virus en específico. El sistema inmunológico hace esto al producir células T y B que recuerdan el virus y permanecen en nuestro cuerpo durante periodos de tiempo relativamente largos. Cuando estas células se encuentran nuevamente con el virus en específico, pueden aumentar rápidamente en número, producir anticuerpos y otros tipos de proteínas que son necesarios para eliminar la infección. En algunos casos, como el sarampión, desarrollamos una memoria inmunológica que puede durar toda la vida. En otros casos, como la influenza, nuestra memoria inmunológica a la variante de la influenza de este año no reconoce la variante del próximo año con tanta solidez, porque las dos variantes pueden ser lo suficientemente diferentes entre sí, por lo que necesitamos una vacuna anual contra la influenza.
¿Por qué desarrollamos una memoria inmune robusta a algunos virus y a otros no?
La memoria inmunitaria de los virus que no mutan (cambian sus genes) con facilidad tiende a ser duradera. De hecho, un estudio en 2007 descubrió que se necesitarían más de 200 años para que todos los anticuerpos contra los virus del sarampión y las paperas desaparezcan por completo después de una infección. Por el contrario, el virus de la influenza muta con mucha frecuencia. Por lo tanto, la memoria inmunológica que desarrollamos para el virus de la influenza del año pasado no es lo suficientemente buena como para combatir la variante del virus de la influenza de este año.
¿Y SARS-CoV-2? ¿Tenemos buena memoria inmunológica después de la recuperación de COVID19?
Todavía es temprano como para saber, ya que sólo identificamos a los primeros pacientes con COVID-19 hace poco más de un año. Las pruebas de anticuerpos COVID19 y otras medidas de la respuesta inmune también están disponibles desde hace menos de un año. La buena noticia es que muchos de los datos sugieren que la mayoría de los pacientes recuperados de COVID19 producen anticuerpos que pueden neutralizar el virus. Los investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla en EE.UU. encontraron que el 95% de las personas en su estudio tenían una buena memoria inmunológica para el SARS-CoV-2 hasta 8 meses después de la recuperación. Con el tiempo, las células B, las células que producen anticuerpos, en realidad aumentaron en la sangre de estas personas. También se encontró que las células T específicas del SARS-CoV-2 persistían hasta 8 meses después de la infección. Aunque la cantidad de anticuerpos producidos contra el SARS-CoV-2 se correlaciona con la gravedad de la infección, investigadores han descubierto que también se desarrolla una buena memoria inmunológica después de un COVID19 leve.
Los investigadores han encontrado células inmunes al SARS (un coronavirus que es muy similar al virus SARS-CoV-2) en pacientes que se infectaron con este virus hace más de 15 años. En contraste, la memoria inmune a los cuatro coronavirus que causan el ‘resfriado común’ no dura mucho, por lo que tendemos a contraer resfriados cada año.
Entonces, ¿la memoria inmune del SARS-CoV-2 será más parecida a la del SARS o a los 4 coronavirus del resfriado común?
Aún no sabemos la respuesta. Los investigadores continúan estudiando la duración de la respuesta inmune al SARS-CoV-2, pero simplemente debemos esperar a que se acumulen los datos. Como la intención de la vacunación es ayudar al sistema inmunológico a desarrollar memoria para el virus, la inmunidad inducida por la vacuna al SARS-CoV-2 parece ser más fuerte y más consistente que la infección natural. Las personas previamente infectadas obtienen un refuerzo inmunológico muy fuerte desde la primera inyección de la vacuna, por lo que se recomienda la vacunación para todos independientemente del estado de infección.
Tanto Pfizer como Moderna publicaron recientemente datos que muestran una buena protección *al menos* 6 meses de sus vacunas (enlace a continuación).
Las nuevas variantes añaden una posible distorsión a la estimación de la duración de la inmunidad, razón por la cual se están desarrollando inyecciones de refuerzo. Surgen nuevas variantes durante los períodos de alta transmisión porque el virus tiene muchas posibilidades de replicarse y cometer errores, algunos de los cuales ayudarán a sus posibilidades de supervivencia. En un mundo donde la transmisión es baja, las nuevas variantes deberían ser menos comunes y nuestra inmunidad existente más duradera y efectiva. 
EN GENERAL:
Hasta ahora, la memoria inmune al SARS-CoV-2 se ve bien. El sistema inmunológico tiene muchos trucos bajo la manga, incluidos los anticuerpos, las células B de memoria y las células T.
¡Estén atentos a las actualizaciones!
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