R: El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (SIMP) ocurre cuando los niños con COVID-19 se enferman gravemente y diferentes partes del cuerpo (como los pulmones, el corazón, los riñones, el cerebro o el intestino) se inflaman, lo cual puede poner en peligro la vida.
Aunque es menos probable que los niños enfermen gravemente de COVID-19, a medida que la pandemia continúa, más niños se infectan y corren el riesgo de desarrollar SIMP. Cuando hay más casos de COVID-19 en nuestras comunidades, hay más casos de SIMP.
Ciertamente no todos los niños que contraen #COVID-19 desarrollan SIMP. Hasta el 3 de mayo de 2021, se han confirmado 3.742 casos (con muchos más en investigación) y 35 muertes en EE.UU. La mayoría de los casos se diagnostican en niños de 5 a 13 años, con una edad media de 9 años. Al igual que en los adultos, esto afecta de forma desproporcionada a los niños hispanos o latinos y negros en EE.UU (63%) y no se sabe por qué.
¿Cómo se diagnostica?
Se diagnostica cuando una persona menor de 21 años con infección por COVID-19 tiene fiebre, con pruebas de laboratorio que muestran inflamación, enfermedad grave que requiere hospitalización y al menos dos sistemas orgánicos diferentes que muestran daños. Órganos como el corazón, los riñones, los pulmones, los intestinos y el estómago, la piel o el cerebro pueden estar afectados. Las personas que padecen de SIMP suelen tener dolor abdominal, vómitos, diarrea, sarpullido e incluso pueden presentar una presión arterial peligrosamente baja o un shock. Puede desarrollarse semanas después de contraer COVID-19, incluso en niños que no tenían ningún síntoma inicialmente de la infección por COVID-19. El SIMP puede confundirse con otra enfermedad infantil, llamada enfermedad de Kawasaki. Ambos tienen síntomas similares, pero los niños con SIMP tienen más probabilidades de presentar síntomas intestinales y neurológicos, más probabilidades de sufrir un shock y más probabilidades de que el corazón esté afectado.
¿Por qué algunos niños desarrollan SIMP?
Esto aún no se sabe. Una de las hipótesis más comunes es que el sistema inmunitario se dispara, incluso después de que la infección se haya resuelto. Por ello, el tratamiento consiste en modular el sistema inmunitario, como los esteroides o el tratamiento con anticuerpos administrados por vía intravenosa (IV). Estos tratamientos pueden ayudar a evitar que el sistema inmunitario del organismo se ataque a sí mismo. Como los daños en el corazón son frecuentes, a estos niños también se les hace una ecografía del corazón (llamada ecocardiograma) y un electrocardiograma (prueba que examina la actividad eléctrica del corazón). Los análisis de sangre se realizan para comprobar el funcionamiento del hígado, los riñones y la sangre. Los niños pueden necesitar líquidos intravenosos (IV) para ayudar a mantener su presión arterial en niveles normales o pueden necesitar ayuda para respirar.
En resumen:
Todavía no sabemos cuáles serán las complicaciones a largo plazo para los niños que padecieron de SIMP. Estos niños deben ser atendidos pronto y con frecuencia por su médico de cabecera para detectar problemas y por un cardiólogo especializado en niños.
Las personas encargadas de los cuidados de los niños deben obtener atención médica inmediata en caso de que los niños desarrollen dolor de estómago severo, dificultad para respirar, confusión, incapacidad para despertarse o decoloración gris o azulada de la piel, labios o uñas.
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Para más información sobre el SIMP, consulte
Casos reportados de SIMP en EE.UU. (en inglés)
Guía provisional de SIMP de la Academia Americana de Pediatría (en inglés)
Documento español de consenso sobre diagnóstico, estabilización y tratamiento del SIMP