Esta es la respuesta corta:
➡️ Sabemos que el intervalo estándar de tres semanas entre la primera y la segunda dosis de Pfizer-BioNTech es seguro y eficaz en niños de 5 a 11 años. Ha sido bien probado y proporciona a tu hijo una muy buena protección lo antes posible.
➡️ No conocemos la seguridad ni la eficacia de retrasar la segunda dosis en los niños. Los estudios del mundo real en adultos sugieren que es posible que se pueda montar una protección más fuerte y prolongada, pero no tenemos datos en niños. Algunos expertos creen que un intervalo más largo entre las dosis podría reducir el riesgo de un efecto secundario muy raro llamado miocarditis, pero no todos los expertos están de acuerdo y no tenemos datos publicados sobre esta cuestión.
⚖️ Estos beneficios son inciertos pero pueden ser superados por los riesgos que conlleva la espera, dependiendo de tu situación.
Veámoslo más detalladamente:
BENEFICIOS POTENCIALES DE UN INTERVALO MÁS LARGO ENTRE LAS DOSIS:
💪 POSIBLEMENTE una protección más fuerte y duradera. Varios estudios en adultos han descubierto que un intervalo más largo entre las dosis proporciona una mejor protección contra la infección y la hospitalización. Es razonable suponer que lo mismo ocurre con los niños, pero aún no tenemos datos concretos. Algunos expertos creen que esto también podría traducirse en una protección más prolongada, pero esto no está probado. En los ensayos clínicos se comprobó que el intervalo de 3 semanas ofrecía una excelente protección contra la infección.
💗 POSIBLEMENTE un menor riesgo de miocarditis inducida por la vacuna. En este momento, nadie sabe realmente cómo influirá espaciar diferentemente las dosis en el riesgo de miocarditis en los niños, y no todos los inmunólogos están de acuerdo con lo que hay que esperar. El Comité Asesor Nacional sobre Inmunización de Canadá (NACI | CANVax – por su siglas en inglés) dijo que este riesgo “puede” ser menor según los “datos emergentes de monitoreo canadiense” no publicados (en particular, no en este grupo de edad). En nuestra opinión, este beneficio potencial es probablemente muy pequeño dado el riesgo de miocarditis, ya extremadamente pequeño, en este grupo de edad.
En Estados Unidos, donde se administraron más de 8 millones de dosis de la vacuna de Pfizer a niños de 5 a 11 años durante 2021, la tasa de miocarditis fue de aproximadamente 1 a 2 casos por millón de dosis (12 casos en 8,7 millones de dosis a partir del 5 de enero de 2022). Sería maravilloso que este pequeño riesgo disminuyera aún más, pero no es algo seguro en este momento.
Teniendo en cuenta que el riesgo de miocarditis por contagiarse de COVID-19 es muchas veces mayor, no es probablemente una buena razón para aumentar el tiempo entre las dosis.
LOS RIESGOS POTENCIALES DE UN INTERVALO MÁS LARGO ENTRE LAS DOSIS:
Si estás pensando en retrasar la segunda dosis de la vacuna de tu hijo, asegúrate de tener en cuenta los siguientes riesgos:
🦠 Tener un caso prevenible de COVID-19 mientras esperas la protección completa. Cuando los niños se infectan, es muy disruptivo para las familias, incluso cuando los niños no tienen síntomas. Aunque la mayoría de los casos de COVID-19 en niños son leves en los niños sin comorbilidades, siempre existe el riesgo de que se produzcan resultados graves como la hospitalización, la miocarditis y el síndrome post-COVID. Estos riesgos son pequeños, pero mucho mayores que los que plantea la vacunación.
😬 Propagación de un caso prevenible de COVID-19. Cuando un niño se contagia de COVID-19, los padres y los hermanos suelen contagiarse también, como muchas de nosotras las Nerdy Girls sabemos muy bien por experiencia propia. Incluso la variante supuestamente “suave” de Omicron no es algo que quieras invitar a tu casa: lo “suave” no siempre se siente como algo suave. Los miembros de la familia también pueden contagiar sin saberlo a sus contactos.. A nivel poblacional, vacunar a los niños antes podría disminuir el total de casos, hospitalizaciones y muertes.
Las posibilidades de que se produzca un caso evitable dependen de varios factores, entre ellos algunas incógnitas:
❓ El nivel de exposición de tu hijo a COVID-19. Esto depende tanto de las tasas de casos locales como de las tasas de vacunación y de los trabajos, actividades y planes de viaje de tu familia. Nuestro riesgo de exposición puede cambiar rápidamente, como todos experimentamos durante la oleada de Omicron.
❓ Si tu hijo ya tuvo o no COVID-19. La infección natural probablemente ofrece cierto nivel de protección, pero se recomienda vacunar a todos los niños como la mejor manera de garantizar una protección constante y duradera.
❓ Cuánta protección ofrece una sola dosis. No sabemos cuánta protección ofrece una sola dosis, especialmente para los niños. Sin embargo, sabemos que dos dosis siempre proporcionan una protección mucho mejor que una. Por ejemplo, un amplio estudio realizado en el Reino Unido sobre la eficacia de la vacuna contra la variante delta encontró un 30% menos de tasas de enfermedad sintomática después de una dosis, pero un 88% después de dos dosis.
CONTEXTO
La última pieza del rompecabezas es un poco de contexto sobre por qué estamos hablando de desviarnos del régimen validado de tres semanas.
➡️ En épocas no pandémicas, la mayoría de las vacunas multidosis se espacian las dosis por meses, no por semanas. Se utilizaron intervalos cortos en los ensayos clínicos de ARNm porque el mundo estaba (¡y sigue estando!) en llamas 🔥 con COVID 🔥 y necesitábamos desarrollar una vacuna y alcanzar la vacunación completa lo antes posible. Nadie quería esperar 4 o 5 meses para saber si las vacunas funcionaban.
➡️ Los intervalos más largos se utilizaron inicialmente en algunos países por necesidad, debido a la falta de suministro (por ejemplo, en Canadá y el Reino Unido). Normalmente, los organismos de salud pública siguen el régimen probado en los ensayos clínicos porque conocemos su seguridad y eficacia.
➡️ El Comité Asesor Nacional sobre Inmunización de Canadá (NACI | CANVax) recomienda espaciar las dosis en los niños (y en los adultos) con un intervalo de ocho semanas o más. Citaron los beneficios potenciales descritos anteriormente, basados en datos de Canadá y Europa, y señalaron que los intervalos más largos son “coherentes con los principios de la vacunación”.
➡️ NACI señaló la importancia del contexto en sus directrices: “Cuando se opta por utilizar un intervalo de dosis más largo, se debe tener en cuenta la transmisión local del virus del SRAS-CoV-2; el grado de riesgo individual de exposición al virus; y la necesidad de una segunda dosis para una protección más temprana.”
➡️ Gracias a la variante Omicron, que ha elevado las tasas de casos en todo el mundo, incluyendo un récord en niños, es más urgente recibir esa segunda dosis tan pronto como sea posible.
Conclusión
💥¡Bienvenidos a la salud pública! Tomamos las mejores decisiones que podemos, para nuestro contexto, con la información que tenemos.
Seguir el régimen estándar de tres semanas es seguro y eficaz, y ofrece un enorme beneficio mental: ¡alivio! Vale mucho saber que tu hijo está bien protegido y que es mucho menos probable que traiga el COVID a casa. Retrasar la segunda dosis tiene algunos beneficios potenciales, pero son inciertos y pueden compensar o no los costes de la espera. Hagas lo que hagas, asegúrate de obtener toda la protección que ofrece esa segunda dosis.
Como dato adicional, al menos dos de las Nerdy Girls están siguiendo el calendario aprobado de tres semanas para sus hijos, y al menos una de ellas va a retrasar la segunda dosis. La que piensa retrasar tuvo COVID el año pasado (junto con sus hijos). Chana (su servidora) está en Canadá, donde el status quo es de ocho semanas o más entre las dosis, aunque algunas provincias aceleraron el acceso a las segundas dosis debido a la oleada de Omicron.
Cuerpo sano, mente sana.
Las Nerdy Girls
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