Existen pocos estudios de alta calidad que puedan decirnos qué tan común es la condición post-COVID-19 en los niños.
En un estudio publicado recientemente en The Lancet, un grupo de investigadores daneses pidió a miles de padres de familia que informaran sobre la presencia de síntomas similares a los atribuidos a COVID-19 en sus hijos, como dolor de estómago, fatiga, mareos, dificultad para concentrarse y más. Estos síntomas eran considerados “duraderos” si persistían durante al menos dos meses.
Los investigadores compararon la frecuencia de estos síntomas entre los niños que tenían un caso conocido de COVID-19 y los niños que no.
En los niños de 0 a 3 años, el 40 % que había tenido COVID-19 informó al menos un síntoma que persistió por más de 2 meses, en comparación con el 28 % de los niños que no tenían COVID-19.
En los niños de entre 4 y 11 años, el 38 % de los casos que habían tenido COVID-19 tenían al menos uno de estos síntomas duraderos, en comparación con el 34 % de los niños que no tenían COVID-19.
En el grupo de mayor edad del estudio, el 46 % de los niños de 12 a 14 años que habían tenido COVID-19 informaron uno o más síntomas duraderos, en comparación con el 41 % de los que no se habían contagiado.
Este estudio, basado en grandes grupos de control, ofrece pruebas sólidas del impacto duradero de una infección por COVID-19 en los niños, condición que puede provocar síntomas persistentes similares a los de los adultos, pero en tasas más bajas.
Una limitante de este estudio es que los padres de niños con COVID-19 pudieron haber respondido si su hijo sufría alguno de estos síntomas. Una segunda limitante es la respuesta a la encuesta: se invitó a participar a los padres de cada niño en Dinamarca que dio positivo por COVID-19 durante un período de 6 meses, pero solo 1 de cada 5 padres respondió a la encuesta. Otra más, es que el estudio se realizó antes de la gran oleada de Delta-Ómicron.
Este estudio suma a una mejor comprensión del COVID prolongado en niños. Otro estudio internacional estimó que quizás entre el 3 y el 5% de los niños infectados con COVID-19 tendrían síntomas prolongados. En varios estudios, incluido eldanés, ciertos síntomas (como, por ejemplo, la dificultad para concentrarse o el dolor muscular) son en realidad más frecuentes en los niños que *no* habían tenido COVID-19.
En pocas palabras: el COVID prolongado en los niños todavía es en gran parte un tema desconocido, pero hay una creciente evidencia de que no afecta a tantos niños como a los adultos. Hable con su pediatra si su hijo experimenta síntomas como los que se enumeran aquí después de haberse recuperado de COVID-19.
Cuerpo sano. Mente sana,
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Enlaces adicionales:
COVID persistente en niños y adolescentes