DATOS Y MÉTRICAS SOBRE EL COVID DE LARGA DURACIÓN
Un estudio reciente aplicado a veteranos de EE. UU. encontró que el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un derrame cerebral y una larga lista de otros eventos cardiovasculares era más alto para aquellos individuos que se contagiaron con COVID-19 al compararlos durante el año anterior al estudio con personas que no lo tuvieron. A pesar de que el riesgo era más alto para quienes habían sido hospitalizados o ingresados a las Unidades de Cuidados Intensivos, seguía siendo elevado para quienes habían cursado el cuadro en casa.
🙋 ¿Qué tan grande es el riesgo? ¿Debería preocuparme? … Es complicado.
Si bien este hallazgo no es bueno, las Nerdy Girls celebran que los autores del estudio expresan el incremento del riesgo en términos tanto *relativo* como *absoluto*. ¿Cuál es la diferencia?
El riesgo relativo es a menudo lo que vemos en los titulares alarmantes; por ejemplo, en este estudio, el riesgo de un ataque cardíaco fue un 63% mayor en quienes tenían COVID-19. Suena mal, ¿verdad? El riesgo relativo nos dice que el riesgo es mayor en un grupo en comparación con otro, pero no nos cuenta toda la historia.
Para poner el riesgo relativo en perspectiva, también necesitamos conocer el riesgo absoluto de un evento.
➡️ Por ejemplo: En un grupo de 100,000 personas, 1 podría desarrollar un determinado tipo de cáncer. En las personas que se hacen muchas radiografías, quizás este riesgo suba a 2 personas de cada 100,000. En este ejemplo, el riesgo relativo de cáncer es DOBLE (2 ÷ 1) para quienes se hacen las radiografías (lo que genera un titular aterrador), pero la diferencia en términos de riesgo absoluto es muy pequeña: solo 1 persona más en un grupo de 100,000 contraería ese cáncer.
➡️ Compare ese ejemplo con un caso hipotético donde 10,000 de un grupo de 100,000 personas desarrollan este cáncer y las radiografías nuevamente DUPLICAN el riesgo. Eso significa que 20,000 de cada 100,000 personas que se someten a muchas radiografías tendrán cáncer. El riesgo relativo sigue siendo 2 (20,000 ÷ 10,000), pero ahora *10,000* más personas de cada 100,000 contraerán cáncer en comparación con solo 1 persona adicional en el escenario anterior.
⁉️ Eso es raro… ¿Esto parece una gran diferencia en la interpretación?
Sí y no, ninguno de estos números está mal, pero los diferentes enfoques resaltan cómo los resultados que elige presentar influyen en la narrativa. Para esta Nerdy Girl, los riesgos relativos y absolutos se usan mejor en conjunto, así que felicitaciones a los autores por tan clara y transparente comunicación de sus resultados (Leer aquí en inglés).
El estudio analizó más de 20 resultados cardiovasculares diferentes, pero podemos volver al hallazgo de un riesgo 63% mayor de sufrir un ataque cardíaco (también conocido como infarto de miocardio) durante un año para quienes tenían COVID-19. Este aumento relativo corresponde a un riesgo de infarto de 467/1000 para el grupo de control (no-COVID) en comparación con 759/1000 para los que tenían COVID-19 en el año anterior. Entonces, en términos absolutos, 3 personas adicionales de cada 1000 sufrieron un ataque cardíaco después de tener COVID-19 en comparación con el grupo que no tenía COVID-19.
❓ ¿Este efecto es grande o pequeño?
Depende de cómo lo mires.Con decenas de millones de personas que se infectan con COVID-19, un aumento de 3 ataques cardíacos por cada mil personas puede acumularse rápidamente. Para algunos de los otros resultados, el riesgo absoluto fue mayor. A nivel de la población, esto podría conducir a un aumento notable de la carga de enfermedades cardiovasculares.
A nivel individual, el riesgo de la mayoría de las personas de tener un ataque cardíaco en el próximo año es bastante bajo (¡afortunadamente!) Como en el primer ejemplo de cáncer, si duplica un riesgo bajo… sigue siendo un riesgo bajo.
⬇️ La conclusión: Estos resultados son preocupantes. Este fue un estudio bien diseñado que mostró evidencia de que COVID-19 probablemente aumenta el riesgo de una variedad de eventos cardiovasculares después de la infección. No comprendemos completamente los mecanismos biológicos que lo desatan, pero las hipótesis incluyen la invasión viral directa de las células cardíacas y endoteliales, la inflamación y/o la cicatrización del tejido cardíaco. Cualquiera que sea el mecanismo, dada la gran cantidad de infecciones a nivel mundial, estas son malas noticias.
Pero a nivel individual, no hay por qué alarmarse. Los resultados NO significan que si ha tenido COVID-19 tiene un alto riesgo de problemas cardíacos. Ese riesgo absoluto sigue siendo bajo (y, por supuesto, depende de muchos otros factores de riesgo).
❇️ Si bien este estudio no analizó el efecto de la vacunación, el mayor riesgo estaba en el grupo de hospitalizados e ingresados a las UCI. Las vacunas son altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y hospitalizaciones, lo que significa que es muy probable que las vacunas reduzcan sustancialmente este riesgo (aunque este es un tema para futuras investigaciones).
➡️ No necesitamos más argumentos para evitar la infección y a favor de vacunarnos, pero descubrir evidencia de los efectos a largo plazo del COVID-19 en la salud es ciertamente una razón *más*.
Mente sana. Cuerpo sano.
Las Nerdy Girls
Enlaces Adicionales:
Problemas cardíacos después del COVID-19